Antes mi pelea contra el linfoma... pero ya no quiero pelearme con la enfermedad, ahora sólo disfruto la vida.
"La vida no es esperar a que pase la tormenta, es aprender a bailar bajo la lluvia"
...
Cuando escribo, pretendo recuperar algunas certezas que puedan animar a vivir y ayudar a los demás a mirar.
La verdad es que no había tenido ganas de escribir, quería esperarme a que la siguiente entrada fuera una buena noticia, pero tengo que ser paciente, las cosas se dan poco a poco, y aunque a veces no veo la hora de que esto termine... cuando no es una cosa, es otra y siento que nada más no acabo... Desde el martes estoy con un dolor de garganta horrible, creo que me hizo daño salir... y para colmo tuve un poco de fiebre, espero no me vuelva a dar... ya estoy tomando medicamento, pero tengo que cuidarme mucho, porque esto de las infecciones esta a la orden del día...
Por otro lado hoy me hicieron por fin después de una larga espera el PET (tomografía por emisión e positrones), ya les habia contado que este es un estudio parecido a la tomografia, pero mucho más detallado y da una imagen mas clara del cuerpo, por suerte estuvo muy tranquilo y hasta me dormi durante el estudio...jejeje... Dentro de cinco días habiles me dan los resultados ... ya veremos que pasa... que nervios.... pero primero Dios todo sale bien.
Me encontre este escrito que queda muy bien para la entrada de mi blog, me gusto mucho:
Camino despacio, pero camino.
Despacio porque a la vez voy comprendiendo, masticando y tragando, digiriendo.
No me apetecen frases hechas para momentos claves, visitas obligadas, juicios subjetivamente surrealistas ni surrealistamente subjetivizados.
No quiero que nadie me regale el tiempo que le sobra Ni empalizar con todo, con tod@s, todo el tiempo.
Cuando se siente el dolor, se sabe que es el dolor. Se sabe porque que tiene la intensidad y la amargura necesaria..
Y el dolor también trae consigo pena, por mucho que una intente espantarla durmiendo con un pijama de estrellas y recogiendo flores en los descampados.
En el foro de AEAL, alguien publico un articulo de un locutor de Argentina llamado Fernando Peña, parece que es de un humor u poco negro y talvez a algunas personas no les guste lo que lean, pero bueno a mi me pareció interesante y en muchos aspectos me sentí identificada, solo que talvez con mejor animo y mayor optimismo que el, es dificil lo que pasamos durante el periodo de la enfermedad, pero algunas personas no lo pasan tan mal y otras si, todos somos diferentes y si tu tienes linfoma no significa que vas a pasar por lo mismo... aqui les dejo el articulo que también sirve para reflexionar... se llama :
"Otra vez me muero"
Y otra vez el tomógrafo dándome instrucciones: “Respire”, “no respire”, “tome aire profundamente”, “respire”… para dentro de unas horas sentenciarme de vida o de muerte. Es realmente maravilloso estar acostado boca arriba mirando ese “bicho” enorme, ese aro que gira sin parar, esa turbinita indignante que chilla estridentemente, y luego las instrucciones para que uno respire o no respire. Y respiro y no respiro. Y aguanto la respiración, y respiro y no respiro y aguanto… y respiro otra vez. Es tan cómodo, una vez que uno se relaja, saber que no se puede hacer nada. Estoy con la aguja en la vena, me están pasando un líquido de contraste que me arde, que me quema, que me da náuseas, obedezco instrucciones, la camilla se mueve hacia adelante y hacia atrás, los ruidos son agresivos, los movimientos abruptos… mi cuerpo está en “boxes”. Es tan denigrante, tan humillante, que si obedeciera a mis instintos me arrancaría la aguja y saldría corriendo del lugar. Pero le voy a dar una chance más a la medicina y una menos a mí, que me prometí no someterme más a agresiones físicas y morales. Y digo una menos a mí porque no siento tanto respeto por mí al estar acostado preso de un tomógrafo operado por una señorita con cara de estar haciendo lo que tiene que hacer. Siento que estoy mendigándole a la vida o, lo que es peor, a un tomógrafo, como si el tomógrafo tuviera injerencia o pudiera tener piedad como para cambiar el resultado de lo que ve. Como si pudiera ponerme una buena nota o hacer la vista gorda al posible tumor o linfoma que podría llegar a tener.
La sensación es espantosa, siento muy poco respeto por mi ser. Merezco morir como una rata rabiosa al salir del Instituto Alexander Fleming; me había prometido nunca más hacerme nada. Pasé un año entero regalando mi cuerpo a sesiones de quimioterapia. Sesiones que duraban cuatro días, sesiones que me dejaban acalambrado, dolorido, desganado, nauseabundo, pelado, blanco, verdoso, gordo, inflamado, morado. Mi aspecto era el de un sapo a punto de reventar. Pasé meses dificilísimos, porque además la certeza de que el tratamiento funcione no se la dan a uno de la noche a la mañana, sino que hay que dejar pasar por lo menos tres o cuatro sesiones hasta que un día entra el médico a la habitación y con una sonrisita de esperanza que es como la lucecita que dan las velitas que ponen flotando sobre el agua ahora en los restaurantes te dice tímidamente: “Bueno, afortunadamente el tumor es sensible a las drogas y está comportándose como esperábamos”. Recién ahí empecé a sentir que valía realmente la pena la agresión de meterme veneno por las venas todos los meses durante cuatro días seguidos. Y tampoco así fue fácil.
La quimioterapia es veneno, y no es una metáfora, es veneno de verdad. Mata todo lo que toca, arrasa con todo sin distinción, destruye lo que sirve y lo que no sirve. Te come los huesos, los tejidos, te morfa entero. Te devora sin consideraciones ni contemplaciones. Recuerdo que uno de los medicamentos que me inyectaban tenía que estar envuelto en papel metálico tipo rollito Ben, el que usaba mi madre para cocinar cuando era chico, porque no podía estar expuesto a la luz del día. Recuerdo que cuando salía del Fleming, al cuarto día, vomitaba los veintiséis días restantes hasta tener que internarme nuevamente por otros cuatro días. Y así sucesivamente durante ocho meses seguidos. Envenenarme, salir, vomitar, acalambrarme, retorcerme, seguir mi vida como podía, internarme, envenenarme, salir, internarme, envenenarme, salir, vomitar… y todo esto sin parar. Ocho meses sin parar. Si paraba, me moría.
Todo el proceso fue muy difícil. Recuerdo infinitas charlas con Pinky, una maestra en cáncer; Pinky debería dar clases en los hospitales. Gracias, Pinky querida.
El tratamiento también te pudre psicológicamente. La gente me miraba el doble de lo que me mira ahora, me miraba no solamente por famoso sino porque es raro ver a un tipo sin pelo, sin cejas y verdeamarillo. El color del cáncer no es el negro, es el verdeamarillo, ese verdeamarillo premuerte, como el que tiene la papa. Verdeamarillo premuerte parece un nombre ridículo de esos que traen las cartillas de pinturas. La gente tampoco sabe cómo abordar el tema, algunas personas ni lo mencionan, otras se le atreven con torpeza, y otras te dan fuerzas y consejos que escucharon al pasar. También me llegaban a la radio recetas de sopas. Nunca olvidaré la receta de una señora que me recomendaba tomar una sopa de pescuezo de gallina con porotos, no sé cuántas cabezas de ajo, ají picante, jengibre, cartílago de no sé qué animal y otras miles de verduras mágicas. Una vez caminando por la calle Gascón rumbo a la Fundación Huésped otra señora que barría la vereda me invitó a su casa a desayunar. Los oyentes me mandaban datos de chamanes, de videntes, de curanderos. Me recomendaban clínicas en los Estados Unidos; creo que nunca en mi vida escuché tanto las palabras “Clínica Mayo”. Me llegaban cartas con miniaturas de crucifijos, imágenes de santos y de vírgenes, cintas de colores, medallitas e infinidad de fetiches. Gracias a todos. Gracias de verdad. Ya pasó.
Todo eso ya pasó… Louise Hay pide que tengamos mucho cuidado al elegir las palabras que usamos para hablar de las enfermedades y cómo las encaramos. Yo tuve un linfoma no Hodgkin en el riñón izquierdo y pude destruirlo, vencerlo, derrotarlo, hacerme amigo, o curarme, como corno quiera Louise que le diga. Pasaron casi seis años y otra vez una manchita, algo que a mi oncólogo no le gusta, otra vez el miedo, no tanto a la muerte sino al dolor, a no poder vivir como quiero, a no estar del todo sano. Otra vez el desafío de juntar fuerzas, otra vez apoyarme en mis amigos, otra vez recurrir al método de contarlo para exorcizarlo. Otra vez concentrarme para que la cabeza me responda y no me juegue una mala pasada.
¿Otra vez?, ¿otra vez todo eso? Sí, otra vez. Otra vez porque me quedan cosas por hacer, otra vez porque soy un cagón, otra vez porque soy valiente también, otra vez porque soy gallego, otra vez porque tengo OSDE 450, otra vez porque me quiero, otra vez porque me odio, otra vez porque me mentí, otra vez me faltaré el respeto, otra vez lo haré, otra vez porque amo la vida, otra vez porque me encanta coquetear con la muerte, otra vez por Pinky, otra vez por el doctor Chacón, otra vez por mis oyentes, otra vez por los que no pueden acceder a estos tratamientos, otra vez por María, por mi novio, por mis amigos, por este trabajo de escribir, por el teatro, por Charly, por Maradona, por ver a Lanata en el Maipo, por el gordo Bergara Leumann, por mi perra Mono, por volver a almorzar con Mirtha, otra vez para escucharlo a Lalo, a Hanglin, a Víctor Hugo, a Dolina y a la Negra. Otra vez para volver a Broadway a ver teatro ahora que me dieron la visa para entrar a los Estados Unidos… Otra vez… Otra vez por todo eso y mucho más, y otra vez por muchísimo menos también, muchísimo menos, como por ejemplo comer un cuernito de grasa o tomar un whiskicito. Otra vez parece que me muero, otra vez trataré de no morirme, sí, otra vez, otra vez porque no hay más remedio, otra vez, otra vez… por mí…
Yo pienso, Yo Lucero... que al final vale la pena luchar... por mi y por todos!!!
Es un método imagenológico que utiliza rayos X para crear imágenes transversales del cuerpo.
Nombres alternativos
Tomografía axial computarizada (TAC); TAC; TAC
Forma en que se realiza el examen
Se le pide al paciente que se acueste en una mesa estrecha que se desliza hacia el centro del escáner. Dependiendo del estudio que se vaya a realizar, es posible que sea necesario que el paciente se acueste boca arriba, boca abajo o de lado.
Una vez dentro del escáner, el haz de rayos X de la máquina rota alrededor de la persona. (Los escáneres modernos en "espiral" pueden realizar el examen en un movimiento continuo).
Pequeños detectores dentro del escáner miden la cantidad de rayos X que pasan a través de la parte del cuerpo objeto de estudio. Una computadora toma esta información y la utiliza para crear varias imágenes individuales, llamadas cortes. Estas imágenes se pueden almacenar, observar en un monitor o imprimirse en una película. Se pueden crear modelos tridimensionales de órganos juntando los cortes individuales.
La persona debe permanecer quieta durante el examen, ya que el movimiento puede producir imágenes borrosas. Igualmente, es posible que se le solicite a la persona contener la respiración por períodos de tiempo breves.
Generalmente, los exámenes completos toman sólo unos cuantos minutos. Los escáneres multidetectores más nuevos pueden tomar imágenes de todo el cuerpo, de los pies a la cabeza, en menos de 30 segundos.
Preparación para el examen
Ciertos exámenes requieren un colorante especial, llamado medio de contraste, que se introduce en el cuerpo antes de que el examen comience. El medio de contraste puede resaltar áreas específicas dentro del cuerpo, lo cual crea una imagen más clara.
El medio de contraste se puede administrar utilizando una vía intravenosa que se coloca en una vena en la mano o en el antebrazo. Igualmente, se puede administrar a través del recto utilizando un enema, o como un líquido que la persona bebe antes de la tomografía. (El momento para beber el medio de contraste depende del tipo de examen que se vaya a realizar). El medio de contraste líquido puede tener un sabor a tiza, aunque algunos vienen con sabores para que sepan un poco mejor. El medio de contraste finalmente sale del cuerpo a través de las heces.
Si se utiliza un medio de contraste, es posible que se le solicite a la persona no comer ni beber nada durante 4 a 6 horas antes del examen.
Si la persona pesa más de 300 libras (141 kilos), se le debe pedir al médico que hable con el operador del escáner, ya que estos aparatos tienen un límite de peso y si se les pone demasiado peso se puede causar daño a las partes funcionales del equipo.
Debido a que los rayos X tienen dificultades para atravesar metal, al paciente se le pide quitarse las joyas y ponerse una bata de hospital durante el examen.
Lo que se siente durante el examen
Los rayos X no producen dolor. Algunas personas pueden sentir incomodidad por el hecho de permanecer acostadas sobre una mesa dura.
El medio de contraste administrado a través de una vía intravenosa puede causar una ligera sensación de ardor, un sabor metálico en la boca y un calor súbito en el cuerpo. Estas sensaciones son normales y usualmente desaparecen en unos pocos segundos.
Razones por las que se realiza el examen
La tomografía axial computarizada (TAC) crea rápidamente imágenes detalladas del cuerpo, incluyendo el cerebro, el tórax y el abdomen. El examen se puede utilizar para:
Estudiar los vasos sanguíneos
Identificar masas y tumores, incluyendo cáncer
Guiar a un cirujano hacia el área correcta durante una biopsia
Cuáles son los riesgos
Las tomografías computarizadas y otros procedimientos de rayos X se controlan y regulan para garantizar el uso mínimo de radiación. Las tomografías computarizadas crean niveles bajos de radiación ionizante, la cual tiene el potencial de ocasionar cáncer y otros defectos. Sin embargo, el riesgo asociado con una sola gammagrafía es mínimo, pero aumenta a medida que se llevan a cabo numerosos estudios adicionales.
En algunos casos, se puede aún realizar una TAC si los beneficios superan con creces a los riesgos. Por ejemplo, puede ser más riesgoso no realizar el examen, especialmente si el médico cree que la persona podría tener cáncer.
Generalmente, no es recomendable una TAC abdominal para mujeres embarazadas, debido a que puede causarle daño al feto. Las mujeres que están o podrían estar embarazadas deben hablar con el médico para determinar si se puede utilizar una ecografía en su lugar.
El medio de contraste intravenoso más comúnmente utilizado contiene yodo. Una persona alérgica al yodo puede experimentar náuseas, estornudos, vómitos, prurito o urticaria. Si a la persona definitivamente se le tiene que administrar este medio de contraste, el médico puede optar por un tratamiento con antihistamínicos (como Benadryl) o esteroides antes del examen. Los riñones ayudan a filtrar el yodo fuera del cuerpo, por lo tanto aquellas persona que padecen nefropatía o diabetes deben recibir mucho líquido después del examen y una vigilancia estricta de la función renal. Si la persona sufre de diabetes o está en tratamiento con diálisis renal debe hablar con el médico acerca de los riesgos antes del examen.
El medio de contraste rara vez ocasiona anafilaxia (reacción alérgica potencialmente letal). Sin embargo, si la persona presenta alguna dificultad para respirar durante el examen, debe notificárselo al operador del escáner inmediatamente. Estos aparatos traen un intercomunicador y parlantes, de tal manera que el operador puede escuchar a la persona en todo momento.
Ayer acudí a mi cita semanal, con un miedo terrible de que saliera algo en los resultados del TAC (Tomografía Axial Computarizada), la doctora me mando un mensaje para que pasara a RX a recoger los resultados ya que ella no pudo... pude haberle dicho a mi mamá que ella bajara sola, pero no podía aguantarme las ganas, ya quería saber los resultados, así que bajamos juntas y cuando pedí mis resultados, no los encontraban.... aaaaaaaa..... ¿¿como es posible??, me vuelven a preguntar la fecha y me dicen que debo estar segura del día que me la hice... - Pues claro que estaba segura... así que tuve que insistir en que la buscaran... por fin se acerca la señorita y me da los resultados.... ¡¡ya los tenía en mis manos!!, quería ver el informe inmediatamente, pero para mi sorpresa estaba pegado con grapas a las radiografías... pero eso no fue impedimento para mi, claro esta, así que las despegue lo más rápido que puede, pero a la vez con cuidado, pues no quería romperlas... me apresure a leerlo y bueno fue genial... al menos lo que alcanzaba a entender, ya que son términos médicos de los cuales entiendo la mitad o menos, para no hacer el cuento largo, la conclusión decía:
Sin datos de actividad tumoral
-Woooow!!! sentí una emoción enorme, casi me dan ganas de llorar, -no había ganglios en ningún lugar!!! y además decía que todo se veía normal, bueno no quería hacerme ilusiones hasta que la doctora los viera... porque ya me paso una vez... entonces pues solo me quedaba esperar a que me atendiera...
Después de una larga espera y que me tomarán mis muestras de laboratorio, me revisó la Dra y reviso los resultados, los leyó detenidamente y me dijo:
-Excelente!!!
No puedo explicar con palabras lo que sentí, cuando me lo dijo, de verdad que se sintió muy bien, sentí un alivio y una tranquilidad....
Los análisis de ayer salieron muy bien, con excepción de la hemoglobina que estaba en 10 y algo, la semana pasada la tenía en 12.7, la Dra no se explicaba como pudo bajar tanto, así que no le dio mucha credibilidad a los estudios y dijo que confirmaríamos los resultados en una semana, ya veremos que pasa...
Ahora estoy muy feliz porque además me dijo que poco a poco podría ir recuperando mi vida, y es que ahora ya me dio permiso de salir de mi burbuja y bajar a la sala, además de salir un poco, aunque sea a la tienda, eso si, sin quitarme el cubre bocas...
Apesar de mi felicidad, esta un poco limitada, porque todavía falta otro estudio un Pet (Tomografía por emisión de Positrones) este estudio es parecido al Tac, pero es mejor, más detallado, la imagen que te toma del cuerpo es mucho más clara, así que tengo que esperar a que me diga lo mismo que con el Tac... que bueno, si es que apareciera algo, no me queda otra más que continuar en la lucha, aunque ha habido momentos en que ya no quiero seguir y hasta he dicho que no sería capaz de soportar otra quimioterapia, sé que al final lo haré y seguiré porque no soy egoísta y me doy cuenta que en esta lucha no estoy sola y no solo se trata de mi...
En este momento la incertidumbre acapara toda mi mente, no se que vaya a pasar , ni que continué, tengo un miedo espantoso, no quiero volver a pasar por lo que antes he pasado, la semana pasada estuve un poco mal, varios días con fiebre, parecía que no hubiera una razón aparente y la única causa apuntaba a que la fiebre se debía a una pericoronitis (una muela del juicio que empezó a inflamarse y a causar infección), acudí al médico y me dieron antibióticos y antiinflamtorios, afortunadamente ya no he tenido fiebre, parece que la infección se controlo y ya casi no me da molestia, ayer me realizaron un TAC de control, por eso la incertidumbre, se espera que no haya nada raro y que la enfermedad no este de vuelta... que es lo que más anhelo, pero no quiero hacerme ilusiones, porque si no es así, no se como me voy a sentir, no se si vuelva a tener valor para regresar a las quimioterapias y todo lo que conllevan... por otro lado intento no pensar y entretenerme en otras cosas, aunque a veces parece imposible... pero al final tomo aire y intento seguir hasta terminar con esta lucha, hasta acabar con todos mis miedos... lo voy a lograr... lo sé...